La mañana del miércoles 17 de septiembre, la violencia volvió a sacudir a Tehuacán. Una mujer y su hija de apenas 7 años fueron atacadas a balazos por dos sujetos armados que las interceptaron cuando se dirigían a la escuela. Ambas resultaron gravemente heridas.
El ataque ocurrió minutos antes de las 9:00 horas en la intersección de la calle 17 de Febrero y la calle Sedesol, justo detrás de la escuela Karol Wojtyla, en la colonia Juan Pablo Segundo. De acuerdo con testigos, la madre conducía un vehículo color gris y pretendía dejar a su hija en clases cuando, de manera repentina, fue alcanzada por una motocicleta con dos sicarios a bordo. Los agresores abrieron fuego en su contra y de inmediato huyeron con rumbo desconocido.
Elementos de la Policía Municipal llegaron al sitio y aseguraron la zona, mientras pedían apoyo médico. Minutos después arribaron paramédicos de Protección Civil y Bomberos, quienes brindaron los primeros auxilios a las víctimas y las trasladaron de emergencia a un hospital local. El estado de salud de ambas se reporta como delicado.
Hasta el momento, ninguna autoridad estatal ni municipal ha emitido postura oficial sobre este atentado que nuevamente evidencia el nivel de inseguridad que se vive en la ciudad.
Este hecho revive la indignación social que estalló el pasado fin de semana, cuando una bebé de apenas un mes de nacida perdió la vida al recibir impactos de bala durante un ataque dirigido contra su padre. Ahora, otra menor se debate entre la vida y la muerte después de acompañar a su madre en lo que debería ser una rutina escolar normal y sin riesgos.
En Tehuacán, escenas como estas se han vuelto cada vez más frecuentes: balaceras en calles concurridas, ajustes de cuentas entre grupos criminales y víctimas inocentes atrapadas en medio de la violencia. Pese a la gravedad de la situación, habitantes denuncian que el ayuntamiento permanece de brazos cruzados, sin una estrategia clara para frenar la ola delictiva que mantiene a la población en constante zozobra.
La ciudadanía exige acciones urgentes, pues lo que antes era una actividad cotidiana, como llevar a un hijo a la escuela, hoy se ha convertido en un peligro de vida en Tehuacán.
COMENTARIOS