Los restos humanos abandonados el pasado lunes en el barrio de Analco, sobre el bulevar 5 de Mayo y la 5 Oriente, ya tendrían identidad. Fuentes al interior de la Fiscalía General del Estado confirmaron de manera extraoficial que corresponderían a Willivaldo Chavarría Muñoz, comerciante de 55 años reportado como desaparecido desde el 13 de septiembre en Puebla capital. Se presume que como víctima de grupos criminales habría delatado a algunos maleantes y eso le habría costado que lo asesinaran de esa terrible manera.
Chavarría fue visto por última vez en inmediaciones de la colonia 10 de Mayo, cuando viajaba en una camioneta Toyota roja con placas WY-5829-D, acompañado de Clara Nájera González, de 45 años de edad y Ángel Yair Morales Ánimas, de 25 años, quienes también fueron privados de la libertad. Desde entonces, su familia denunció su desaparición y se emitió ficha de búsqueda oficial.
El hallazgo que sacudió a la capital poblana ocurrió alrededor de las 7:20 horas del lunes, cuando tres hombres encapuchados descendieron de un vehículo blanco y dejaron un bulto envuelto en lona amarilla. Dentro había restos humanos, además de cartulinas y un cartón café con mensajes amenazantes firmados por La Familia Michoacana.
Los textos lanzaban advertencias contra personajes relacionados con actividades criminales en el penal de San Miguel, acusándolos de cobrar piso y obligar a la gente a participar en marchas. En uno de los párrafos se advertía: “Les va a pasar lo mismo que a la Chokiza…”
El elemento más macabro fue la caja de tenis de la marca Jordan localizada en la escena, dentro de la cual había una lengua presuntamente humana. Peritos de la Fiscalía aseguraron el objeto y realizan pruebas forenses. De acuerdo con hipótesis investigadas, este corte habría sido un castigo por “hablar” o denunciar a criminales que lo extorsionaban.
Versiones extraoficiales indican que Willivaldo, hombre con estudios universitarios, se había mostrado harto de la delincuencia y pudo haber proporcionado información sobre integrantes de un grupo criminal. Esa habría sido la causa de que lo privaran de la libertad, lo torturaran y lo asesinaran de forma brutal, aunque no se descarta ninguna otra línea de investigación.
El sitio fue asegurado por policías municipales, estatales y elementos del Ejército. Más tarde, la Coordinación Especializada en Homicidios Dolosos realizó el levantamiento de los indicios y abrió una carpeta por homicidio calificado, amenazas y lo que resulte.
El hallazgo en Analco no solo confirma la presencia de narcomensajes en la capital, sino también la crueldad con la que operan las células criminales. Si bien aún falta la confirmación oficial de identidad, todo apunta a que la víctima es Willivaldo Chavarría Muñoz, comerciante desaparecido días antes, convertido ahora en otro ejemplo del terror que el crimen organizado utiliza como mensaje en Puebla.
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