La noche del lunes, el conocido periodista, fotógrafo y videógrafo de eventos sociales, Salomón Ordóñez Miranda, mejor conocido como “Shalom de Cuetzalan”, fue asesinado a balazos en un ataque directo cuando circulaba en su motocicleta. El crimen ocurrió sobre la calle 15 de mayo, en la localidad de Pahpatapan, en Cuetzalan del Progreso.
De acuerdo con reportes policiales, Shalom iba a bordo de su moto cuando fue emboscado por sujetos armados, quienes abrieron fuego en su contra. Recibió al menos un par de disparos a quemarropa y murió en el lugar. A su lado quedó la motocicleta que conducía.
Elementos de la Policía Municipal y personal médico arribaron al punto tras recibir el reporte. Inicialmente trascendió que había sido trasladado con vida, pero minutos después se confirmó su fallecimiento en la vía pública. Su padre permaneció en el lugar en espera de información oficial, visiblemente afectado por lo ocurrido.La Fiscalía General del Estado, a través de la Coordinación General Especializada en Investigación de Homicidios Dolosos, así como peritos en criminalística, realizaron las diligencias del levantamiento del cuerpo y recolección de evidencias. Se abrió una carpeta de investigación para esclarecer el caso.
Hasta el momento, las autoridades no han informado el móvil del crimen, pero fuentes consultadas señalan que se trata de un ataque directo, lo que ha encendido las alertas en el gremio periodístico y la población local.
Shalom era ampliamente conocido en Cuetzalan por su trabajo como comunicador, fotógrafo en bodas, XV años y eventos públicos, además de mantener presencia en redes sociales. Su asesinato ha causado indignación, miedo y tristeza entre habitantes y compañeros, quienes exigen a las autoridades estatales frenar la violencia y dar con los responsables.
Organizaciones y ciudadanos ya han levantado la voz: “¡Justicia para Shalom! ¡Ni uno más!”. El crimen contra este comunicador vuelve a evidenciar los riesgos que enfrentan los trabajadores de los medios incluso en comunidades pequeñas, donde la impunidad también hace eco.
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