Una mujer de 49 años, identificada como Luz María R. C., experimentó un momento de extrema angustia al precipitarse de manera accidental a las aguas del río Atoyac, en la zona del Puente de México, sobre el Boulevard Prolongación Reforma.
De acuerdo con su propio testimonio, la señora Luz María, residente de la colonia Manantiales, acostumbraba visitar un camino de terracería junto al cauce del río para tomar un descanso y disfrutar de un momento de tranquilidad. No obstante, en la tarde del pasado jueves, un traspié la hizo perder el equilibrio y caer al caudal.
La afectada relató que, en el momento del accidente, sintió una fuerza similar a un empujón, aunque no había nadie a su alrededor. Tras caer al agua, comenzó a pedir auxilio a gritos, los cuales fueron escuchados por una residente de la zona que alertó de inmediato a otros vecinos.
Fue entonces cuando César López Colula, un excomandante que vive en la misma área, se convirtió en el héroe del suceso. Sin pensarlo dos veces y poniendo en riesgo su propia integridad, se acercó a la mujer portando una soga y, con el apoyo de otros residentes, logró rescatarla de la corriente.
Al lugar arribaron minutos más tarde servicios de emergencia, incluyendo bomberos estatales, paramédicos y policías, quienes brindaron la primera atención a la mujer. Afortunadamente, los exámenes médicos determinaron que su vida no corría peligro, y que solo presentaba algunos raspones menores y una crisis nerviosa como consecuencia del susto.
En declaraciones a los medios, César López restó importancia a su acto de valentía, afirmando que "cualquier persona hubiera hecho lo mismo". Sin embargo, su rápida intervención fue crucial para evitar una tragedia mayor, ya que la fuerza de la corriente pudo haber arrastrado a la víctima aguas abajo.
Vecinos del lugar elogiaron la decisión y los reflejos del excomandante, destacando que su gesto es un ejemplo de que aún existen personas solidarias, dispuestas a ayudar sin esperar recompensa alguna. Este incidente demuestra, una vez más, cómo la solidaridad ciudadana puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
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