Los resultados preliminares de la autopsia señalan que la muerte de Arturo, un recluso que perdió la vida el pasado domingo, no se debió a causas naturales, sino a una presunta agresión física dentro del centro penitenciario.
Contrario a los reportes iniciales que apuntaban a un paro cardíaco, la muerte del interno Arturo en el penal de San Miguel habría sido consecuencia de una agresión. Así lo revelaron los primeros hallazgos de la autopsia practicada por el Instituto de Ciencias Forenses (INCIFO).
Alejo Rogelio Carpio Ríos, titular del INCIFO, informó que el examen post mortem determinó que el hombre presentaba numerosas contusiones en el cráneo y en varias zonas del cuerpo, lo que evidencia que fue golpeado antes de morir. Este descubrimiento fortalece la teoría de que su deceso no fue natural y apunta a que los hechos violentos pudieron ocurrir dentro de la prisión.
Arturo había ingresado al penal apenas el viernes anterior y fue declarado sin vida dos días después. Según fuentes extraoficiales, el área de ingreso de la cárcel, conocida como Centro de Observación y Clasificación, sufre de un grave hacinamiento, con decenas de personas apiñadas en espacios reducidos, un factor que pudo estar relacionado con los eventos que provocaron las lesiones.
Para determinar con exactitud la causa del fallecimiento, se enviaron muestras de tejido cardíaco a laboratorio para realizar estudios de histopatología. Estos análisis confirmarán si se descarta definitivamente un infarto o si la muerte fue un homicidio resultante de la agresión.
Las autoridades han asegurado que se están aplicando de manera rigurosa todos los protocolos correspondientes a una muerte bajo custodia, con el resguardo de evidencias y la documentación del caso. La investigación permanece abierta a cargo del INCIFO y la Fiscalía General del Estado, con el objetivo de esclarecer los hechos y determinar las posibles responsabilidades en un caso que ha generado alarma sobre las condiciones de seguridad en el interior del penal.
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